Hipertensión, colesterol... ¿qué le hacemos al corazón?
Es difícil detectar una verdadera hipertensión, muchas veces la tensión alta se debe al “síndrome de la bata blanca”, es decir, nos sube por el mero hecho de ir a la consulta médica. Para saber si una persona es hipertensa se le debería tomar la tensión varias veces al día durante 6 meses, según la OMS, Organización Mundial de la Salud.
¿Cuánta gente hace esto? Además de un brazo a otro puede variar hasta 8mmHg. O si estás tumbada, sentada o de pie. El estándar de una tensión arterial “normal” se ha modificado en los últimos 35 años casi una docena de veces.
Por ejemplo hoy en EEUU se considera alta 12/7 y hace 10 años 14/9. En España las cifras suelen ser 16/8, con tanto baile de cifra de una época a otra y de una país a otro es normal que muchas personas, personal sanitario incluido, no acaben de tener muy claro de qué hablamos cuando hablamos de hipertensión y no acaben de tener muy claro si es científico medir a todas las personas por el mismo rasero. Puede haber cuerpos que funcionen bien con tensiones supuestamente altas sin estar enfermos. Así que cuidado con los diagnósticos excesivos. Lo mismo podría decirse con respecto al colesterol, han variado mucho los baremos y ya hay mucho personal médico que se cuestiona si tanto alimento anticolesterol y tanta medicación anticolesterol no puedan estar siendo perjudiciales. Hay mucho ya investigado sobre ello. Si te interesan estos artículos no dudes en pedírmelos. Además, si bien en la actualidad no cesan de controlarle el colesterol y la tensión a toda persona de edad, también es cierto, que pese a tanto control, la mayor causa de muerte siguen siendo los problemas coronarios. ¿Dónde está el fallo? Cuando te dicen que comas poca sal y poca grasa no te están explicando mucho. Vamos a explicarnos mejor y a concretar
RECOMENDACIONES GENERALES:
-Haz algo de ejercicio a diario (pasear una hora, por ejemplo). El ejercicio sirve para que la sangre circule y las venas y arterias no se nos endurezcan (esclerosis). Así estarán flexibles como una manguera. De lo contrario, de ponerse duras pueden romperse y ...
-No consumas demasiada proteína animal, ten en cuenta que a lo largo del día entre huevos, leche, mantequilla, queso, bonito en lata, sardininas en lata, filetitos a la plancha, pescaditos... etc comemos muchísima proteína animal. Aunque pensemos que no pasa nada porque comemos carne sin grasa, lo cierto es que la grasa paga muchas culpas que en realidad son de la proteína. La OMS, reconoce que los países ricos tienen tanta plaga de problemas de corazón en buena medida por este consumo diario de proteína animal que ahora se sabe que se acumula y acaba “presionando y rompiendo” a venas y arterias. Luego tiene que venir el colesterol, que es como cemento, a tapar esas grietas. Esta es una de las razones de que suba, y no tanto la grasa. Es el exceso de proteína animal y no la grasa. Pero nunca se te ocurra sustituir la mantequilla por margarina, es una barbaridad, pues está hecha con grasas hidrogenadas (se añade hidrógeno a aceites vegetales para que tenga consistencia de manteca, algo que hace mucho Ferrán Adría en su cara comida) y estas grasas hidrogenadas artificiales rodean a las células y las asfixian, obligando al pobre corazón a trabajar el doble para oxigenarlas. Y toda la bollería industrial (galletas, pasteles...) han susituido a la mantequilla por estas grasas hidrogenadas que pensamos que son mejor. Aquí hay una buena fuente de infartos. Y de dinero, porque para la industria del alimento siempre es más barato fabricar bollos con margarinas y aceites vegetales hidrogenadas que con manteca. Si alguien te recomienda sustituir la mantequilla por la margarina ese alguien no tiene ni idea de los peligros de las grasas hidrogenadas que son completamente artificiales y que por tanto hacen bastante más daño al organismo que la mantequilla de toda la vida. Por cierto, no todas las margarinas reconocen que están hechas con aceites o grasas hidrogenadas, no te fíes.
-El Nobel de Medicina Linus Pauling sostenía que además hace falta consumir más vitamina C para proteger nuestro corazón y sistema circulatorio. ¿Por qué? Porque la vitamina c es imprescindible para la formación del colágeno, especie de ladrillos del sistema circulatorio. Si estos ladrillos están mal salen grietas y tiene que ir otra vez el colesterol a taparlas haciendo de cemento. La vitamina C está en frutas y verduras, sobre todo en las que han madurado al sol, no en los camiones. Una manzana de hoy de supermercado tiene muchísima menos vitamina C porque las recogen verdes y no les ha dado el Sol, por tanto tienes que comerte dos o tres para conseguir la vitamina que antes te daba una. Y también te tiene que dar la luz de día a ti para que puedas asimilar la vitamina c imprescindible para tu colágeno. No es necesario tomar el Sol a lo bestia, basta con estar al aire libre, ¿pero cuánto tiempo del día pasas al aire libre? Muy poco, siempre tenemos un techo sobre nuestras cabezas, así es difícil asimilar la poca vitamina c que tienen las pocas frutas que comemos. Y procura no sustituir la vitamina C natural por la que viene en pastillas, si está en las manzanas, los kiwis, el repollo, las berzas... en toda fruta y verdura, sácala de ahí, de lo que venga en un frasco que lleva meses en un almacén no te fíes mucho. Pierde vitalidad. Además, y esta ya es un opinión personal, aislar la vitamina C, es decir, sacarla del limón, por ejemplo, para meterla en una cápsula, es considerar que la vitamina C actúa sola, y no es así, actúa con todo el equipo de principios que tiene el limón. Son un equipo, no juegan en solitario.Evita el consumo de alcohol, café, tabaco y sustancias excitantes.Recuerda que una dieta rica en fibra previene la hipertensión. Limita o suprime el consumo de azúcar e hidratos de carbono refinados pues aumentan la retención de sodio e incrementan la secreción de catecolamin que desencadenan hipertensión.
Evita el agua clorada y el agua con gas. Ambas favorecen la hipertensión y destruyen la vitamina E, sustancia indispensable para la actividad cardíaca. Cocina preferiblemente al vapor y al wok. No frías nunca las comidas.
El yoga, el tai-chi, la meditación y las técnicas de relajación son muy eficaces para reducir la presión arterial.
No tomes azúcar blanco, es un antialimento que debilita a tus células y obliga a tu corazón a trabajar más para mantenerlas (y hace más cosas malas como descalcificar).
ALIMENTOS BENEFICIOSOS
Frutas, verduras y hortalizas en general. Cuando abundan en la dieta mantienen la presión arterial en los límites adecuados por su riqueza en vitaminas, minerales y oligoelementos.
Aceite de oliva. Previene y mejora la hipertensión arterial además de ayudar a reducir los niveles de colesterol "malo" (LDL).
Aceites de semillas, frutos secos, aguacate y aceites de pescado. Son fuentes de ácidos grasos esenciales. Los aceites de pescado, sobre todo, ayudan a impedir el aumento de la presión arterial siendo tan eficaces como los beta-bloqueantes.
Acelgas, zanahorias, cereales integrales, germen de trigo, levadura de cerveza y setas. Por su alto contenido en potasio.
Ajos y cebollas. Tienen efecto vasodilatador e hipotensor aunque es aconsejable tomar cierta cantidad para que este efecto se produzca. El mecanismo de acción se centra en su actividad sobre el sistema nervioso autónomo, su actividad hipolipemiante (baja las grasas) y su elevado contenido en azufre. Además son anticoagulantes y protegen los vasos sanguíneos. Además la Cebolla contiene quercitina, bioflavonoide con capacidad para impedir la formación de trombos.
Alfalfa, trigo sarraceno, arroz integral y hojas de rábano. Son ricos en germanio, sustancia que ayuda a controlar la hipertensión.
Apio. Es diurético y vasodilatador por lo que contribuye a normalizar la presión arterial. Contiene 3-N-butil ftalido que le confiere el aroma y contribuye a disminuir la hipertensión.
Calabaza: Es rica en potasio y contiene poco sodio.
Limón: Contiene vitamina C, bioflavonoides y ácidos orgánicos mejorando la elasticidad arterial al tiempo que alcaliniza el medio favoreciendo la eliminación de desechos.
Pera: De reconocida acción diurética. Rica en potasio y yodo. Uvas. Ricas en elementos antioxidantes
(proantocianidinas oligoméricas) que previenen la hipertensión y las patologías cardiovasculares.También
disminuyen la agregación plaquetaria y, por tanto, el riesgo de trombosis.
Aguacate. Aunque el aguacate contiene triglicéridos está comprobado que su consumo hace descender sus niveles en sangre. Su composición en ácidos grasos poliinsaturados y su contenido en fibra explica este efecto hipolipemiante.
Alcachofa. Contiene cinarina, sustancia que actúa aumentado la excreción de colesterol por la bilis al tiempo que estimula la síntesis de ácidos biliares a partir del colesterol e inhibe su síntesis endógena.
Cereales integrales. Existe una relación inversa entre el consumo de cereales integrales y los niveles de colesterol sanguíneo. La razón es su elevado contenido en fibra.
Fibra. A mayor consumo de fibra menor riesgo de aterosclerosis. Lo ideal es tomarla formando parte de sus fuentes naturales: cereales integrales, frutas, hortalizas y legumbres.
Frutos secos. Beneficiosos cuando reemplazan a las grasas de origen animal. Aportan ácidos grasos insaturados que reducen el nivel de colesterol y vitamina E con acción antioxidante.
Germen de trigo. Su consumo habitual disminuye el colesterol malo y los triglicéridos.
Hortalizas y verduras. Protegen las arterias por su bajo contenido en sal y en grasa saturada. Son además ricas en vitaminas y antioxidantes.
Legumbres. Ricas en proteínas y glúcidos y bajas en grasa saturadas y en sodio. Reducen el colesterol, los triglicéridos en sangre y la hiptertensión. Además contienen isoflavonas que protegen las arterias.
Manzana y remolacha. Contienen pectinas capaces de combinarse con los ácidos biliares aumentando la
eliminación de colesterol.
Pescado azul. Los ácidos grasos omega 3 del pescado producen una reducción importante de los niveles sanguíneos de triglicéridos.
Pomelo. Es protector de las arterias además de diurético y fluidificante de la sangre. Betacarotenos. Tienen un papel fundamental en la prevención de las patologías cardiacas y arteriales.
Toda fruta o verdura naranja o roja tiene betacarotenos. Recuerda: naranja y rojo.
Plantas con reconocida actividad hipotensora: espino blanco, que ademas es relajante, olivo, pervinca, crisantemo, abedul... En resumen, comer como antes, menos carne, menos moderneces y más ajos, cebollas y limones, verduras, procurando siempre no pagar caro lo que da la naturaleza barato. Por ejemplo, si puedes arreglarte con limones y ajos no acudas a caras semillas de pomelo o la cara equinácea. Lo de siempre es un tesoro. Pero todos estos consejos de nada sirven si comes con el televisor puesto y además viendo el telediario, nada daña más al corazón que las malas noticias, y ya bastante nos dará la vida como para andar comiendo con cadáveres en los ojos. Hay estudios que avalan esto. Está muy comprobado. Las causas no dietéticas de los problemas de corazón están siendo investigadas últimamente, y parece ser que son las más importantes.
En resumen: tranquilidad y buenos alimentos, pero sobre, todo tranquilidad. También hay investigaciones que avalan que lo que más le gusta al corazón son las caricias (por estar íntimamente conectadas la piel y los neuropéptidos cardiales) y la práctica de la solidaridad. El corazón es como un perrín que sólo entiende de mimos, quiere que lo acaricien. Es el bebé que todas llevamos dentro, aunque tengamos 60 años. Los bebés necesitan caricias, más que la comida. Nuestro corazón también.
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